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sábado, 21 de septiembre de 2013

SOÑAR ES GRATIS: Villa Liuva

Capítulo 1
"Villa Liuva"

Con los ojos aún plegados por el sueño y la resaca, a primera hora de la mañana puse rumbo hacia mi parcela en la zona nueva de nuestro jardín.
El aire de la mañana contribuyó a despejarme un poco y apreté el paso, el camino era un poco largo pero preferí hacerlo por el sendero del bosque a llevar el coche, cuando se tiene el privilegio de pasear entre la cuidada vegetación de nuestro terreno es un placer disfrutarlo y un pecado obviarlo en aras de la rapidez de desplazamiento. Además era la primera vez que hacía ese recorrido con el corazón saltándome en el pecho, feliz de poder considerar míos esa preciosa casa y el terreno colindante tan cerca de la playa, la ilusión de toda mi vida.
Por el camino seguía haciendo planes sobre qué iba a plantar allí, la decoración, etc. 
Mi parcela contaba con unos 400 m2 110  ocupaba la casa y 290 m2 de terreno, bastante llano, a su alrededor. 
Me gusta ser equitativa, y a pesar de que yo fuese quien había puesto la mayor parte del capital para la compra de los terrenos, en el momento de dividirlos lo hice en parcelas similares en longitud. Eso si, me adjudiqué el privilegio de ser
la primera en elegir la zona donde quería mi nuevo espacio. La playa que daba al poniente, y la parcela que quedaba justo entre la playa y el pequeño riachuelo que bajaba desde la parte alta de la urbanización, a mi izquierda se alzaba la zona rocosa que tantos rincones tenía para pescar o simplemente sentarme a ver atardecer. 
A mi derecha se abría un espacio amplio donde había mandado instalar la zona de ocio para los jardineros, en ella habíamos hecho la fiesta la noche anterior.
Un latido en la sien derecha me recordó que había bebido demasiada sangría en la misma. Apreté el paso deseosa de verme de nuevo allí, y esta vez para quedarme el tiempo que quisiera.
Al pasar por el viejo puente sobre el río pensé que tendría que pedirle a Abel Marcelo que fuese pensando como embellecerlo y hacerlo más seguro, me daba vértigo pasar por allí y aminoré el paso. El ruido de las cadenas que servían de protección no contribuyó a alejar ese ligero temor. Justo antes de pasar el puente pude ver entre los árboles las cabañas del muchacho y de Mª Candelaria, ahora vecinos míos. Las parcelas de la parte de atrás de mi casa las ocupaban Luis de la Campa con su inseparable Garfield, (me encantaba tenerles cerca ya que nunca me gustaron los ratones y además Luis tenía una charla amena y seguro que muy pronto se mudaría allí y tendríamos largas tertulias en el jardín que compartíamos), y Carolina, nuestra catalogadora jefe, sin la cual mi colección de flores jamás habría tenido nombres. 
Recorrí presurosa los escasos metros que separaban el puente de mi parcela y en el siguiente recodo del camino ya pude ver el arco que muy pronto florecería pletórico de Bignonias multicolores.
A medida que me iba acercando comprobé con alivio que los restos de la fiesta ya habían sido retirados del todo, me pregunté quien lo habría hecho, pero supuse que la cuadrilla de diligentes jardineros y jardineras ya había pasado por allí con las primeras luces del día.
Solo quedaban en pie la carpa y el entarimado de los bailes.
Me paré un momento bajo el arco de madera para recuperar el aliento y una vez más pensé que tenía que bajar de peso, cada día me cansaba más al caminar. Ahora ya no tenía excusa para hacerlo, ya que contaba con un sendero maravilloso bajo los árboles, y la propia playa frente a mi nueva casa.
Medio sentada sobre una de las jardineras eché un vistazo complacido a la edificación que se alzaba frente a mi. Un edificio de ladrillo y madera sencillo y a la vez impresionante.

Alguien había decidido dejar en el porche descubierto la mesa y los bancos donde la noche anterior habíamos echado los últimos vinos y las últimas risas.
Avancé despacio por el paseo de losetas rústicas que llevaba a la entrada de la casa. Definitivamente pondría jardineras con flores pegadas a los muros que lo delimitaban.
También encargaría una balaustrada de madera para circundar el porche frontal, no me gustaba verlo totalmente despejado y allí también estaban haciendo falta jardineras con flores y plantas.
Me imaginé escribiendo en aquella buhardilla desde la que seguramente se verían maravillosas puestas de sol y un escalofrío de placer recorrió mi espalda.
Antes de entrar en la casa la bordeé por el costado izquierdo caminando despacio hasta el lugar de ocio. Anoche habíamos improvisado la fiesta en aquel espacio despejado y enlosetado del jardín, pero tendría que hacer construir allí una cocina y un porche cubierto para no tener que seguir usando las carpas y mi propia cocina indefinidamente.
Al pasar junto al porche de cristal de ese lado de la casa vi amontonadas en su interior las sillas y mesas de la fiesta. “De momento las voy a dejar ahí –pensé- el tiempo está bueno aún y seguro que muy pronto las volvemos a necesitar, luego ya las guardaremos en la nueva cocina del jardín, o quizá le diga a los chicos que las apilen en el cuarto que está aún sin amueblar por si acaso que llueva, el tiempo está de un variable que no nos podemos fiar".
Di la vuelta completa a la casa y recogí una lata de refresco que alguien había dejado olvidada en el suelo. Con ella en la mano llegué hasta el porche que cubría la entrada de la casa y saqué la mano del bolsillo introduciendo la llave en la cerradura de mi nueva casa. La puerta se abrió suavemente y un ligero olor a madera y vacío me recibió dándome la bienvenida.
“Villa Liuva, mi nuevo hogar". -Mi mirada se alzó un momento buscando el rótulo de hierro forjado con el nombre de la casa- “¿A quién se le habrá ocurrido la idea de llamar a nuestras cabañas Villa tal o cual?- Me pregunté con una sonrisa mientras atravesaba el dintel.

                                                                                                                       …continuará.



3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. que hermoso relato Luisa,a ver si nos animamos,y aunque no lleguemos a esa altura de descripcion,hagamos algun comentario de nuestras vivencias en las nuevas parcelas-villas-cabañas..

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